28 lug 2020

La Destrucción Del Amazonas Es Un Problema Para AdS



Amazonas: quieren secar nuestra lluvia de invierno

Fecha de Publicación
: 27/07/2020
Fuente: Telam (Argentina)
País/Región: América del Sur


¿De dónde viene el agua de las lluvias de invierno? Del Amazonas. Por eso la ciencia le dice "ríos voladores". La selva hidrata a América del Sur y define el 70% de su PBI. Es que el mundo físico también está globalizado y apunta quiénes somos, nuestras economías y hasta qué comemos. Por eso, con la deforestación se extingue a un gran reciclador de agua y late un problema político y diplomático global. No es un asunto de soberanía nacional, como dice Bolsonaro; se trata de nuestra vida.
 ¿Qué conexión existe entre el perfume de las flores de la Amazonia con la lluvia que cae en invierno en Buenos Aires? La respuesta parece tan mágica como intrigante la pregunta. Y la explicación son los ríos voladores. Estos no son personajes de cómics, superhéroes con capita que viajan por el aire con el puño en alto, sino grandes masas de agua que se desplazan en forma de vapor desde la selva, un fenómeno que ocurre gracias a una conjunción de factores: la inmensidad de la riqueza biológica del bosque, la luz solar, los vientos y la potente pared de 6 mil metros llamada cordillera de los Andes.
Todo eso hace posible la vida que conocemos y a las que casi no le prestamos atención: desde cosas mínimas, como chapotear en la vereda, plantar cultivos cuando hace frío o tomar tranquilamente agua que viene del Río de la Plata, confiados en su eterno caudal voluminoso.
Los ríos voladores son los que permiten que gran parte de la Argentina, Paraguay, el sur de Brasil y Uruguay no tengan estación seca, como ocurre en el centro de Brasil. O que los Andes desde Bolivia a Venezuela puedan retroalimentar sus glaciares, que luego serán ríos de verdad. "Es un transporte de vapor de agua que contribuye a la formación de lluvias todo el año, pero principalmente en la época de invierno. Las lluvias de agosto, septiembre, es un período de clara relación", me dice Carlos Nobre, un científico de la Universidad de San Pablo, famoso mundialmente por sus estudios por el vínculo entre los biomas y la atmósfera.
El fenómeno de los ríos voladores demuestra cuán complejo e intrincado es el planeta interconectado en el que vivimos: no sólo por la globalización, sino por las relaciones que existen entre el mundo vivo y el físico, que influye en quiénes somos, cómo nos comportamos, qué economía tenemos y hasta qué comemos. Cuando hablamos de la naturaleza, nada queda demasiado lejos, nada es ajeno. Sobre todo, cuando se trata de la Amazonia, que entre otras cosas, hace posible el PBI del 70% de América del Sur. O sea, que su destrucción debería ser también un problema político y diplomático.
En 2020, la deforestación en la Amazonía aumentó 55 por ciento respecto del (horroroso) 2019, que fue el año que se registraron 981.282 alertas de incendio. La voracidad de esos fuegos, que oscurecieron los cielos de San Pablo en pleno día, movilizó al planeta entero con el hashtag #PrayforAmazonia (recen por la Amazonia), pero además provocó algunas reacciones internacionales de nuevo tipo.
Entonces, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, amenazó con romper el acuerdo de la Unión Europea con el Mercosur, una advertencia aún hoy latente. Hace poco, un conglomerado de 29 instituciones financieras, que valen 3.7 billones de dólares, le mandó a Jair Bolsonaro una carta con que armó mucho revuelo en Brasil, con una advertencia a que no se siga avanzando sobre el bosque.
Cadenas de supermercados de Gran Bretaña y Francia amagaron con hacer boicot a los productos del país si se sancionaba una ley que legalizaba los acaparamientos de tierras (el Congreso, finalmente, se echó para atrás ante la presión), mientras que hay inversores institucionales hablando de deshacerse en forma masiva de los papeles de la deuda brasileña.
La temporada de incendios está por comenzar en la Amazonía y se teme que serán meses muy intensos, debido a la cantidad de material que se cortó y que tiene que limpiarse para incorporar los terrenos ganados al bosque a la actividad agroindustrial. Piensen en vacas, piensen en soja cuando vean los titulares sobre deforestación e incendios. Y en grandes empresas como los frigoríficos JBS, Marfrig y Minerva, entre otros, que están acusados por organizaciones internacionales de "lavandería vacuna", o sea, de blanquear ganado que ha pastado donde antes había una selva frondosa, llena de habitantes que evolucionaron con ella por millones de años. Toda esa maraña que hace posible nuestros milagrosos ríos voladores.
Los ríos voladores son producto de la humedad de la selva. "El bosque crea lluvias, las lluvias crean el bosque, el bosque crea lluvias. Una evolución ecológica de millones de años", cuenta Nobre, entre el ladrido de sus cuatro perros de fondo. "El bosque tiene una efectividad muy grande de hacer reciclaje de agua. Las raíces son muy efectivas en transportar agua en los suelos para las hojas. De que haya mucha transpiración. El bosque está continuamente alimentando este agua en forma de vapor, este vapor para para la atmósfera, cae como lluvias. Hay mucho reciclaje. Cuando se cambia este bosque para pastaje de ganadería, las pasturas no son efectivas para hacer transpiración del agua del suelo. Calculamos que el bosque es capaz de producir del 20 al 25 por ciento de lluvias sobre toda la Amazonia", dice.
En pleno revuelo por los incendios del año pasado, el hermano de Nobre, llamado Antonio, que es investigador del Instituto Nacional de Pesquisas da Amazonia (INPA), le dijo al diario El País: "Todo el bosque amazónico pone 20.000 millones de toneladas de agua en la atmósfera al día. El río Amazonas, el más caudaloso del mundo, pone en el Atlántico 17.000 millones de toneladas en el mismo lapso". Los números son apabullantes.
Para la formación de nubes, es esencial no sólo que los árboles transpiren humedad sino que las flores y las hojas produzcan sus perfumes, que existan los aromas de la selva en su esplendor amoroso. Estos gases se transformarán en una partícula sólida cuando entren en contacto con la luz solar. Al rededor de ese núcleo sólido, se formará la pequeña gota de agua, que luego será lluvia. Por algo, le dicen a todo esto "polvos de hadas".
"Esas partículas muy chiquitas, microscópicas son el núcleo de condensación de gotículas de aguas de nubes. Cuando desaparece el bosque disminuye mucho la formación", sigue diciendo Carlos.
Los vientos que circulan paralelamente a la cordillera de Los Andes a una altura de entre 1,5 a 3 kilómetros luego arrastran a toda esa masa de humedad hasta estos lares, en forma de lluvias. Nobre dice que ni siquiera la selva misionera sería lo que es sin el agua que viene de la Amazonia. Que en vez de ser un extraordinario bosque con todos sus bichos diversos, desde tucanes y coatíes hasta jaguares o mariposas dignas de películas de Disney, sería más parecida al Cerrado brasileño, otro bioma que fue asaltado sin piedad por el agro negocio. Cambia el agua y cambia la composición de la vida. No solo la de los bichos. La nuestra también.
O sea que la destrucción de la Amazonía es un problema estratégico para toda América del Sur, como mínimo. "Hay estudios que demuestran que si hay una sequía muy fuerte en la Amazonia, hay una disminución de transporte de vapor. Y esa disminución de transporte está relacionada en años que hay sequía en Amazonia. Hay una relación de disminución de los ríos voladores", agrega Nobre.
José Marengo, del Centro Nacional de Monitoramento e Alertas de Desastres Naturais de Brasil, me indica, por su lado, que la desaparición del bosque "no significa que la cuenca del Plata se va a transformar en un desierto. No. Sino que las lluvias serán reducidas. Lloverá menos pero las lluvias podrán ser más intensas. Cuando llueve menos, genera problemas para el almacenamiento de agua para la población y reservorios hidroeléctricos. Pero cuando viene de forma muy intensa vienen los problemas de inundación". Y agrega: "Los impactos no serían sólo en América del Sur. Hay estudios que demuestran que podría afectar el centro oeste de los Estados Unidos y otras regiones que están tan lejos como Australia. Pasa a ser un problema global, no sólo regional".
Juan Antonio Rivera, investigador del Conicet, calcula que las precipitaciones podrían llegar a disminuir entre un 20 y 25 por ciento en un escenario de deforestación total, con lo cual "podría esperarse un incremento futuro en la frecuencia de sequías en la región, con un impacto en el sector agrícola".
El río Paraná se hace más intenso con las precipitaciones causadas por los ríos voladores. Hasta el río de la Plata tendría cierta estacionalidad si desaparecen ellos, cuenta Nobre. Así que al hashtag #PrayforAmazonas podríamos agregarle, entonces, el hashtag #PrayforArgentina. ¿Por qué no?
Así como la humedad del bosque reproduce y perpetua la existencia de la propia selva, cuando los árboles y toda su fauna, incluyendo la microscópica, desaparecen con ella, se empieza a debilitar el resto del ecosistema. Ya se está viendo. Las temporadas de sequía son tres semanas más largas respecto de los años 80. Hay ejemplares muy antiguos que se están muriendo porque están adaptados a vivir en ambientes más húmedos.
Estas señales nos están diciendo algo, me advierte Nobre, que es uno de los mayores expertos mundiales que están teorizando sobre el posible "punto de inflexión" de la gran ecoregión amazónica.
El punto de inflexión o tipping point es el momento que, una vez que se atraviesa, te impide volver para atrás, a como eras antes. Por eso, el científico insiste en que si pasamos la frontera del 20 o el 25% de destrucción -hoy estamos en el 16-17%- todo el sistema colapsará. Y la Amazonia dejará de ser lo que es para transformarse en una gran sabana tropical. "Estamos muy cerca", dice.
"Si no logramos interrumpir esta tendencia, si la deforestación excede 20-25% del bosque y el calentamiento global continua, entre 30 y 50 años, el bosque desaparece. Se cambia por una sabana seca, que es la vegetación del centro de Brasil o Bolivia", señala.
"No podemos decir: vamos a deforestar el 50 por ciento de la Amazonia y preservar el otro 50. Si trasvasamos ese punto de inflexión es irreversible. Lo que nos preocupa mucho es que nosotros estamos viendo la decadencia en la Amazonia todos los días. Es preocupante la tasa de mortalidad de los árboles que son típicos del clima muy húmedo y el crecimiento de otros, adaptados a sequías. Tenemos que hacer llegar las tasas a cero de deforestación antes de 2030", indica.
Si la ventana de tiempo nos está quedando chica, esto es mucho más que un hashtag. Acaso necesite también de la presión social y política de todos nosotros. La Amazonia no es un asunto de la soberanía de Brasil, como dice Bolsonaro. Se trata también de nuestra propia vida. Aquí, en casa. Lejos.
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FRANCIA 1: Montpellier

16 de septiembre de 2017 En el primer día de este road trip salimos de Barcelona a media mañana y a primera hora de la tarde llegamos a la ciudad occitana de Montpellier. Dedicamos el resto del día para explorar sus agradables calles y plazuelas, como la place de la Comédie. Siempre es excitante cuando se empieza un nuevo viaje, todo son emociones de las aventuras que están por venir. Pero aquel viaje era diferente, ya que normalmente lo solemos empezar yendo hacia el aeropuerto para coger un vuelo. Aquella ocasión íbamos a salir con nuestro propio coche, cosa que hacía los últimos preparativos mas tranquilos, sin la presión de coger un vuelo a una hora determinada. Nuestro destino iba a ser nuestra vecina Francia, en concreto la región de la Provenza y la Costa Azul. Aunque en aquella primera etapa pasaríamos el día en Montpellier, la capital del Languedoc, a las puertas de la Provenza. Neus había estado en la ciudad durante un congreso y le había parecido fascinante, así que desde un principio tuvimos claro que sería nuestra primera parada. Tardamos unas 3 h en llegar a Montpellier, incluyendo una pequeña parada para almorzar.
16 de septiembre de 2017
En el primer día de este road trip salimos de Barcelona a media mañana y a primera hora de la tarde llegamos a la ciudad occitana de Montpellier. Dedicamos el resto del día para explorar sus agradables calles y plazuelas, como la place de la Comédie.
Siempre es excitante cuando se empieza un nuevo viaje, todo son emociones de las aventuras que están por venir. Pero aquel viaje era diferente, ya que normalmente lo solemos empezar yendo hacia el aeropuerto para coger un vuelo. Aquella ocasión íbamos a salir con nuestro propio coche, cosa que hacía los últimos preparativos mas tranquilos, sin la presión de coger un vuelo a una hora determinada. Nuestro destino iba a ser nuestra vecina Francia, en concreto la región de la Provenza y la Costa Azul. Aunque en aquella primera etapa pasaríamos el día en Montpellier, la capital del Languedoc, a las puertas de la Provenza. Neus había estado en la ciudad durante un congreso y le había parecido fascinante, así que desde un principio tuvimos claro que sería nuestra primera parada. Tardamos unas 3 h en llegar a Montpellier, incluyendo una pequeña parada para almorzar. Fuimos directamente a nuestro alojamiento, Couette et Café, una pequeña casa de huéspedes regentada por un señor muy simpático. La habitación era fenomenal, y daba a un tranquilo jardín donde se servía por la mañana el desayuno. Éste estaba incluido y consistía en zumos recién hechos, pastel de limón, yogurt, croissant, pan… Una buena forma de empezar bien el día. Su ubicación estaba bastante alejada del centro, ya que en nuestra elección pesó el hecho de poder aparcar sin problemas (la casa está en una zona residencial). Al menos, cerca hay una parada del tranvía de la línea 1 (Château d'Ô), así que se puede ir en poco tiempo al centro. La habitación nos salió por 95 €, un precio algo caro pero había que tener en cuenta que era un sábado y lo reservamos con poco tiempo de antelación. Aun así, repetiríamos sin dudar por las facilidades de aparcamiento y de transporte público al centro.
Nuestra habitación
Eran sobre las 15 h cuando salimos a visitar Montpellier. Cogimos el tranvía en Château d'Ô (1,60 € el billete sencillo), y nos bajamos en la parada de Louis Blanc, en el extremo norte del centro histórico. Al entrar David se dio cuenta que Neus no exageraba nada cuando decía que era un lugar mágico. Sus callejuelas eran casi todas peatonales, rodeadas por bonitas casas de piedra ocre y ventanas pintadas con un característico azul plomo. Todas las casas tenían un estilo muy similar, sin edificios modernos discordantes, y aquí y allá se podían ver interesantes mansiones del siglo XVIII y antiguas iglesias.
Entrando en el casco histórico de Montpellier
Típicas casas de Montpellier
Pronto dimos con el templo cristiano más importante de la ciudad, la Catedral de San Pedro (Saint-Pierre), la cual tiene un aspecto muy peculiar. Dos altas torres cilíndricas se erigen delante de su entrada principal, dándole un aspecto muy militar. De hecho estas dos torres son restos de la catedral originalmente construida en el siglo XVI. Mas tarde, fue destruida durante las guerras de religión francesas, ya que Montpellier fue un importante feudo del protestantismo. Su aspecto actual data del siglo XIX, en el que fue reconstruida aprovechando las dos torres de la antigua catedral que continuaban en pie. Desgraciadamente, la catedral estaba cerrada y no pudimos ver su interior. Justo a su lado está la Facultad de Medicina, en lo que hasta el siglo XVIII fue la sede episcopal. En esos días había una especie de jornadas de puertas abiertas, así que pudimos visitar su salón de actos, la antigua sacristía de los obispos, donde se leen las tesis doctorales de medicina. Había retratos de sus doctores más ilustres, entre los que nos sorprendió encontrar el del médico valenciano Arnau de Vilanova. Precisamente para nutrir de plantas aromáticas a los médicos se creó el Jardin des Plantes, situado muy cerca. Nos acercamos a darle un vistazo, pero nos pareció un poco desangelado y desatendido.
La imponente Catedral de San Pedro
Salón de actos de la Facultad de Medicina
Jardin des Plantes
Continuando por el borde occidental del casco histórico llegamos a uno de los conjuntos monumentales más importantes que hay fuera de él, la Promenade du Peyrou. En su origen era una pequeña colina situada extramuros, y su construcción fue fruto de la casualidad: en el siglo XVII el terreno fue aplanado para la firma, con toda la pompa, de un tratado de paz después de que la mitad de la ciudad fuera destruida tras una rebelión protestante. Tras la firma, los comerciantes vieron la ocasión de aprovechar aquel terreno llano para montar un espacio de ferias y mercados, y tiempo después, se decidió erigir los monumentos que hay hoy en día. Consiste en una gran explanada con algunos jardines y una gran estatua ecuestre de Luis XIV, con un mirador en un extremo y un gran Arco de Triunfo en el otro. Al ser el espacio verde más grande cercano a la ciudad estaba lleno de gente paseando, disfrutando de los últimos días de verano.
Promenade du Peyrou
Arco de Triunfo
Volvimos al casco histórico de Montpellier, a deambular sin rumbo por sus agradables callejuelas, sin duda la mejor forma de disfrutar plenamente de la ciudad. Nos dirigimos hacia una de sus calles mas populares, la Rue de la Loge. Por la cantidad de gente que había paseando parecía ser la preferida de los locales, aunque también ayudan los abundantes comercios, cafés y terrazas que había. Esta calle da a la plaza más conocida de Montpellier, la Place de la Comédie. Es una inmensa plaza peatonal llamada así por estar situada justo delante de la Ópera con el mismo nombre. Parecía que aquella plaza era el lugar de encuentro de los locales, y todavía había mas gente que en la Rue de la Loge. Hacia el norte, la plaza se ensancha formando el tranquilo jardín de la Esplanade Charles de Gaulle, con grandes plátanos que dan sombra los días calurosos como aquel. Un poco más al norte está Le Corum, un palacio de congresos al que se puede subir a su azotea para contemplar las vistas de la región.
Rue de la Loge
Place de la Comédie
Place de la Comédie, con la Ópera al fondo
Promenade Charles de Gaulle
A continuación seguimos caminando hacia al este para dar un vistazo a un barrio singular, l'Antigone. Resulta que a finales de los años 70 en aquel lugar se erigía un gran cuartel militar que se decidió desmantelar, creando un gran barrio nuevo. El responsable de diseñarlo fue el arquitecto catalán Ricardo Bofill que, con un estilo neoclásico, buscaba un viaje al origen de la arquitectura clásica griega y romana. Y al pasear por allí nos dio la sensación que lo había conseguido, el único problema que encontrábamos es que ese tipo de arquitectura no concordaba con el del vecino casco histórico, y daba la sensación de impostura. Aun así, debía ser estupendo vivir allí, por la gran cantidad de espacios verdes que había, totalmente separados y alejados del tráfico de vehículos.
L'Antigone
Como llegamos al extremo este de l'Antigone y estábamos cansados para deshacer el camino, cogimos un tranvía en la parada de Place de l'Europe y volvimos a la Place de la Comédie. Lo que nos quedaba de tarde la dedicamos a explorar el barrio de Saint-Roch, en la parte sur del centro. Esta zona es mucho mas tranquila, y está llena de callejones por los que perderse en busca de lugares apacibles. Con este último paseo dimos por concluida nuestra visita a Montpellier. Pasamos unas 5 horas pateándola de cabo a rabo, la mejor forma de descubrirla. Y aunque no tiene monumentos muy destacables, lo mejor es pasear sin rumbo por sus callejuelas llenas de encanto. Sin duda, es una ciudad a la que volveríamos una y otra vez.
Plazuela en el barrio de Saint-Roch
Explorando Saint-Roch
Otro lugar típico de Montpellier
Para cenar teníamos ganas de comer unas buenas galettes francesas, así que buscamos una crêperie por el centro. Al final acabamos en Les Casseroles en Folies, que tiene una terraza en una tranquila plaza. Pedimos una galette de pollo especiado al limón y otra con carne de kebab, ambas riquísimas, acompañadas de un buen vino tinto de mesa. Redondeamos la noche con una crêpe de azúcar para endulzarla. Al final la cena nos salió por 23,70 €, un buen precio para un restaurante muy recomendable.
Nuestras galettes

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Francia: ruta por la Provenza y Costa Azul Francia 2: Nimes, Pont du Gard & Aviñón

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Paulo Costa Opina Que Robert Whittaker Vs. Darren Till Fue Una “Pelea Fea”


El ex-campeón de peso medio del UFC, Robert Whittaker, y Darren Till protagonizaron el combate estelar del UFC on ESPN 14, un evento realizado el pasado fin de semana en Abu Dabi. El encuentro se prolongó durante cinco asaltos, y al final, Whittaker se llevó el triunfo por decisión unánime.



Tanto Whittaker como Till recibieron elogios por ofrecer una pelea muy técnica y entretenida. Aunque no todos quedaron impresionados con los esfuerzos de estos dos atletas. Por ejemplo, el retador al título de peso medio, Paulo Costa, no dudó en expresar su descontento vía Twitter por el desempeño de Whittaker y Till:

Paulo Costa: "No hay posibilidad de que esos dos chicos hayan entrenado durante la cuarentena. No lo creo. Que maldita fea pelea".


Costa enfrentará a Israel Adesanya por el título de peso medio en el UFC 253, una cartelera que tendrá lugar el próximo 19 de septiembre, y en una arena que aún no ha sido confirmada.

Pueden contactarnos vía email: edwinperez92mma@gmail.com
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