¿Qué es una pirámide de población?
La población puede ser analizada desde los más diversos aspectos, podemos examinarla desde el ámbito cultural, que incluiría los ámbitos étnico y lingüístico, e incluso religioso; podemos abordarla desde el ámbito de la estructura económica, teniendo en cuenta la población activa y ocupada, así como la estructura profesional y la dedicación por sectores económicos. Se puede optar por la óptica de la estructura social de la población, teniendo en cuenta la estratificación social, que incluiría también el nivel de vida y las características de los distintos grupos sociales, así como el acceso de la población a servicios básicos como la educación o la sanidad.
Sin embargo, y en un sentido estricto, el análisis de la población impone un necesario estudio de su estructura demográfica, lo que implica un análisis de ésta teniendo en cuenta la edad y sexo. Este análisis nos conecta con las variables de la natalidad, la mortalidad y el crecimiento natural, pero también con factores como los movimientos migratorios, que afectan al crecimiento real de la población.
El estudio de la población, desde este punto de vista, implica la elaboración de las PIRÁMIDES DE POBLACIÓN, que no son más que gráficos de barras o histagramas, que nos permiten visualizar las características básicas de la estructura demográfica de un lugar y un momento concreto. En realidad se trata de un gráfico que incluye otros dos, uno a la izquierda y otro a la derecha, el primero representa la población masculina, el segundo la población femenina. Uno y otro gráfico de barras se disponen horizontalmente sobre la línea de abscisas, situada en la parte inferior de la pirámide, en la que se ven reflejados los porcentajes (a veces valores absolutos) de población que corresponderían a cada grupo de edad. Mientras, el eje de ordenadas, que separa verticalmente ambas gráficos de barras (a veces se dispone en el lateral izquierdo), nos muestra los distintos grupos de edad (de cinco en cinco años), partiendo en la base de los de menor edad (0-4 años) para ir paulatinamente aumentando hasta las edades más elevadas, situadas en la cumbre de la pirámide. A cada intervalo de edad le corresponderá una barra horizontal a un lado y a otro, una en la parte de la población masculina, otra en la femenina, que representa el porcentaje de la población de cada sexo que tiene esa edad. Una vez elaborada la pirámide, un simple vistazo nos permitirá realizar comparaciones con otras pirámides, y nos permitirá comentarlas, teniendo en cuenta la existencia de tres franjas de edad, los jóvenes (entre 0 y 14 años), los adultos (entre 15 y 64 años) y los ancianos (más de 65 años de edad).
La pirámide de población según la distribución por sexos
A la hora de comentar una pirámide y valorar la información que nos proporciona lo primero es remarcar la existencia, en la mayoría de los casos, de unas pautas generales en cuanto al sexo. En este sentido, y en condiciones normales, nacen más varones que mujeres, aunque la diferencia es reducida, inferior al 1%. Esto hace que en la base de la pirámide existan ligeramente más hombres que mujeres. Por el contrario, conforme se asciende en edad esa situación se equilibra y las barras correspondientes a uno y otro sexo son similares -siempre que no aparezcan otros factores como las migraciones- debido a que la mortalidad femenina es menor. Finalmente, la situación se invierte y cambia por completo cuando llegamos a la población más madura y anciana. La esperanza de vida de las mujeres es más alta por lo que en la parte superior de la pirámide suele haber más número de mujeres que de hombres, en ello influyen diversas variables, que van desde los hábitos y estilos de vida, hasta la propia naturaleza de los sexos o la distinta sociabilidad. Según ascendamos en edad dentro de la población anciana, dicha situación se irá agudizando. Así ocurre en la mayoría de las pirámides poblacionales, como es el caso de la pirámide de Francia que adjuntamos a continuación.
La estructura por edad: las pirámides según su forma
La distribución de la población por edad nos remite a la mayor o menor proporción de habitantes incluidos en los tres grupos de edades que ya hemos mencionado, jóvenes adultos y ancianos, de forma que algunas pirámides pueden tener sobredimensionadas la franja de jóvenes, o por el contrario, la de adultos o viejos. En función de ello, la forma de la pirámide va a variar. Según sea su forma, podemos sacar muchas conclusiones sobre la natalidad, la mortalidad o el crecimiento, y deducir el nivel de desarrollo del país o región en cuestión. A pesar de todo, hay que hacerlo con cautela, ya que podemos incurrir en errores.
LA PIRÁMIDE CON FORMA DE PAGODA O SOMBRILLA viene marcada por una gran cantidad de población en las franjas de edad jóvenes, situadas en la base, que decrece con rapidez en las edades adultas hasta llegar a una cúspide muy reducida, con muy pocos efectivos. En general y en la actualidad, encontramos esta pirámide en los países más pobres y subdesarrollados, que tienen una altísima natalidad (de ahí la abundancia de jóvenes) y donde pervive una fuerte mortalidad y una esperanza de vida bastante baja (escasez de ancianos). Nos remite a poblaciones en plena expansión demográfica, sometidas al crecimiento típico del proceso de transición demográfica, en su culmen, donde la mortalidad tiende a decrecer pero es todavía alta y la natalidad sigue siendo elevada y todavía no se ha reducido en exceso. Es muy visible especialmente en el África subsahariana o países especialmente pobres de Asia o América, como Afganistán o Haití, aunque en general la mayoría de los países latinoamericanos, árabes o asiáticos están evolucionando hacia una pirámide con forma de campana, debido a que están en una etapa final de transición y tanto la mortalidad como la natalidad están claramente en proceso de reducción. No debemos, por tanto, hablar de países pobres, sino de países muy pobres, cuando nos referimos a estas pirámides. Otro error es denominar a esta pirámide como "progresiva" o "expansiva", pues presupone que existe un fuerte crecimiento de la población. Algo que no explicaría el escaso crecimiento de la población mundial hasta el siglo XIX, por entonces la mortalidad era enorme y la natalidad también, siendo el crecimiento reducido. Por esta razón la población permaneció casi estancada durante cientos de años y, sin embargo, la pirámide tenía la forma de la hablamos: eran poblaciones jóvenes, pero apenas crecían, porque estábamos ante un régimen demográfico antiguo. A pesar de todo, y con todas las precauciones, en la actualidad una pirámide de este tipo suele representar casi con toda seguridad a poblaciones que experimentan un intenso crecimiento de la población.
Fuente: Indexmundi |
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LA PIRÁMIDE CON FORMA DE CAMPANA tendría los grupos de edad intermedios (adultos) del tamaño de la base (jóvenes), reduciéndose con rapidez hacia la cumbre en los ancianos. Esto implica una reducción de la mortalidad respecto a poblaciones con pirámide de sombrilla y también una reducción creciente de la natalidad. Se supone que el proceso de transición demográfica estaría terminando, por lo que el crecimiento de la población se reduciría ostensiblemente. Por ello se habla a veces de pirámide "estancada", algo que según comentábamos antes no parece muy claro si vemos las pirámides de otros siglos, donde la población se estancaba con forma de sombrilla, al crecer muy poco la población. En la actualidad, y por lo general, podría decirse que se refiere a países en proceso de envejecimiento, que dejan de tener un predominio brutal de las poblaciones jóvenes y por el contrario un mayor peso de la población adulta. En este sentido y simplificando, se trataría de una pirámide de transición entre las otras dos. Una parte importante del mundo subdesarrollado muestra ya este tipo de pirámide o muestra una evolución hacia ella, especialmente los llamados países en vías de desarrollo, aquellos cuyo crecimiento económico está teniendo su repercusión en las mejoras sociales y educativas de la población, a la vez que en la reducción de la natalidad y la mortalidad. Muchos países asiáticos o latinoamericanos están entre ellos, algunos incluidos entre las llamadas "economías emergentes": hablamos de países como Brasil, Turquía o México.
Es visible en la doble imagen la evolución de México desde una pirámide sombrilla a otra con forma de campana. Fuente: http://catalog.flatworldknowledge.com/ |
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LA PIRÁMIDE CON FORMA DE BULBO O URNA está caracterizada por la clara reducción de la población joven de la base respecto a la población de los grupos intermedios de adultos, mientras la cúspide de la pirámide adquiere un tamaño bastante grande debido a la importante acumulación de ancianos. Esto se explicaría por la drástica reducción de la mortalidad y la existencia de una esperanza de vida muy alta, mientras, por el contrario, la natalidad sufriría un descenso muy marcado. El crecimiento se vería muy limitado, correspondiendo a un régimen demográfico moderno. Hoy es la clásica pirámide de los países más desarrollados, especialmente de Europa, con una población marcadamente envejecida. y en menor medida, de otros países ricos como los de América del Norte, que han mantenido una natalidad más elevada y donde la población es menos vieja. A estas pirámides se las denomina generalmente "regresivas", porque suelen ser fiel reflejo de una población en claro retroceso. que no cubre el relevo generacional. Sin embargo, hay que tener cuidado porque a veces la forma "regresiva" puede verse agudizada, llevándonos a equívocos, por la llegada masiva de inmigrantes de edad adulta (que engrosan los grupos intermedios) y no solo por un descenso de la natalidad. En ocasiones, también se puede producir un baby boom anormal y después la natalidad reconducirse a la situación normal, lo que puede provocar la aparición de una pirámide con esta forma. En este sentido, puede darse la paradoja de que un país con una forma de bulbo llegue a crecer con fuerza a pesar del descenso de la natalidad y no tener una evolución regresiva. Es el caso de España, cuya población ha crecido con fuerza a partir del año 2000 como consecuencia de la llegada masiva de inmigrantes, todo ello a pesar de tener una pirámide claramente regresiva. En este sentido, una población podría tener un crecimiento natural muy bajo o negativo, pero podría a la vez sufrir un crecimiento real alto.
Un ejemplo de este tipo de pirámide lo tenemos en España, que no presentamos en este apartado porque la analizaremos convenientemente en el siguiente. La pirámide de Italia es muy similar a la española, como corresponde a un país Mediterráneo con el que tenemos muchos nexos en común, entre otros la existencia de una natalidad de las más bajas del mundo. Una pirámide con esta forma encontramos también en países asiáticos que han alcanzado un alto nivel de desarrollo como Japón o Corea del Sur, o países norteamericanos como Canadá.
Un ejemplo de este tipo de pirámide lo tenemos en España, que no presentamos en este apartado porque la analizaremos convenientemente en el siguiente. La pirámide de Italia es muy similar a la española, como corresponde a un país Mediterráneo con el que tenemos muchos nexos en común, entre otros la existencia de una natalidad de las más bajas del mundo. Una pirámide con esta forma encontramos también en países asiáticos que han alcanzado un alto nivel de desarrollo como Japón o Corea del Sur, o países norteamericanos como Canadá.
Fuente: Indexmundi |
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Aunque a efectos didácticos, los términos "progresiva", "estancada" y "regresiva" se suelan aplicar a cada una de estas pirámides, parece obvio después de lo que hemos ido comentando, que eso se debe hacer con la necesaria cautela. En este sentido, cabe destacar la abierta crítica que demógrafos como Julio Pérez Díaz (Instituto de Economía, Geografía y Demografía) hacen del uso sistemático de dichos términos a la hora de nombrar los distintos tipos de pirámides. Aunque pueda resultar práctico a nivel divulgativo y educativo, el autor nos señala que también puede conllevar errores de bulto:.http://apuntesdedemografia.com/2012/10/15/la-piramide-regresiva-una-falacia/
A pesar de todo, hay que señalar que la evolución lógica que están teniendo todos los países desde principios del siglo XX hasta la actualidad conduce desde una pirámide de parasol hasta una con forma de bulbo, y generalmente lo hace pasando antes por una pirámide de campana. Ponemos dos ejemplos: España, hoy un país desarrollado, que inicio la evolución con anterioridad, a principios del siglo XX, y Brasil, un país emergente que ha iniciado ese mismo proceso mucho después, un siglo más tarde.
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Análisis del perfil de una pirámide: entrantes y salientes
En tercer lugar, a la hora de analizar una pirámide hay que tener cuenta el perfil que nos muestra, aquel que se deduce de los distintos entrantes y salientes que podemos observar, y que en ocasiones, resultan muy pronunciados. En general, su análisis se realiza desde arriba hacia abajo, teniendo en cuenta que las generaciones de ancianos nos relacionan con los hechos más lejanos y las de los jóvenes con los acontecimientos más cercanos. Dicho perfil nos mostraría así la historia demográfica de la población objeto de estudio. Una historia demográfica íntimamente ligada a la realidad histórica de cada una de las generaciones y que es fiel reflejo de la evolución económica y social del país, de los acontecimientos políticos o de las situaciones catastróficas que pudieran haber sobrevenido. En otras palabras, la historia del país nos viene a dar las claves de la evolución de su población a lo largo del tiempo.
En dicho perfil, encontraríamos muescas o entrantes, que nos indican generaciones marcadas por la reducción de la población, determinadas por la baja natalidad o la existencia de una fortísima mortalidad, con frecuencia catastrófica: nos referimos a conflictos bélicos, epidemias o hambrunas, elementos aún más fuertes en su repercusión si se combinan todos ellos. En otras ocasiones, dichas muescas nos muestran situaciones de sangría demográfica derivadas de una fuerte emigración.
Por el contrario, los salientes representan el crecimiento desmesurado de la población derivado de un aumento de la natalidad, generalmente ligado a épocas de crecimiento económico o al fin de situaciones bélicas o traumáticas con fuertes crisis demográficas (baby boom postbélico). En otras ocasiones, pueden estar ligados a las políticas pronatalistas de los gobiernos o bien al aumento de población por la llegada masiva de inmigrantes.
Dichos salientes y entrantes no tienen porque ser simétricos, así por ejemplo, las migraciones internacionales afectan más a los varones, lo que hace que en la pirámide del país receptor, el saliente que muestra la gran cantidad de inmigrantes llegados pueda ser mucho mayor en el lado masculino. La mortalidad provocada por las guerras tiene generalmente un efecto mucho más demoledor sobre la población masculina, de ahí que el entrante sea mayor en el lado de los varones que en el momento del conflicto estaban en edad de combatir, entre 20 y 30 años. Sin embargo, los entrantes que coinciden justo con los años de la guerra se deben al hundimiento de la natalidad que produjo la misma, y afectan entonces por igual a los dos sexos.
PODEMOS VER ALGUNOS EJEMPLOS al respecto, analizando la historia demográfica de algunos países a través de sus pirámides.
La pirámide de población de China (2012) es una de las más llamativas e interesantes, resultando paradigmática al respecto. En ella es perfectamente visible una muesca en la franja de edad de 50 a 54 años, que nos muestra la brutal situación social y económica vivida por el país durante la época del Gran Salto Adelante, marcada por las hambrunas y el desastre económico, lo que provocó un aumento enorme de la mortalidad infantil y la reducción drástica de los nacimientos. Es visible en las franjas entre los 40 y 49 años una recuperación de los nacimientos (saliente), truncada posteriormente en las franjas de edades inferiores, entre los 25 y los 39 años (entrante), con la puesta en marcha a lo largo de la década de 1970 de la política del hijo único, que supuso un control drástico de la natalidad, y en la que el Estado impuso a las familias, salvo en situaciones excepcionales, la concepción de un solo hijo. El saliente correspondiente a la franja inferior, entre los 20 y 24 años, muestra una recuperación momentánea de los nacimientos como consecuencia de la llegada a la madurez y la edad de procreación de las personas nacidas durante el baby boom de los años 60. En los últimos años, la relajación de la política de control de natalidad ha permitido un incipiente repunte de la natalidad, que tras la eliminación en 2015 de la política del hijo único es más que previsible que se vea acrecentado.
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A través de la pirámide de población de dos países africanos, Liberia (2014) y Argelia (2014), podemos observar los efectos devastadores que un conflicto armado puede provocar sobre la población de un país. Ambos países vieron rota su dinámica poblacional a través de guerras devastadoras que como es lógico son visibles en la pirámide en forma de una marcada muesca. Se trató de conflictos cruentos y devastadores sobre el conjunto de la población del país, afectando especialmente a la población civil (violación de los derechos humanos, destrucción de hogares y desplazamiento forzado de población), pero sin que existieran muertes masivas de soldados, por lo que afectaron a la población no tanto en la reducción por mortalidad de los hombres en edad militar, sino especialmente en una retracción drástica del número de nacimientos.
En el caso de Liberia, el país se vio afectado por dos guerras civiles entre principios de la década de 1990 y principios del siglo XXI, siendo especialmente cruenta la llamada Primera Guerra Civil Liberiana, que hundió la economía y provocó un terrible desastre humanitario. Las consecuencias son plenamente visibles en el entrante que afecta a la franja de edad de 20 a 24 años, coincidente con los nacidos entre 1990 y 1994, los años más duros del conflicto.
La guerra civil argelina tuvo también una repercusión directa sobre la evolución de la natalidad. El pronunciado entrante que afecta a las franjas de edad de entre 10 y 19 años corresponde con la reducción de nacimientos durante la segunda mitad de los 90 del siglo pasado y los primeros años del siglo XIX. El conflicto que enfrentó al Estado argelino y las guerrillas islamistas alcanzó a finales de los años 90 su momento más álgido y terminó definitivamente en el 2004. Fueron años de masacres y crisis económica que redujeron ostensiblemente el número de nacimientos.
Fuente: Indexmundi |
Fuente: Indexmundi |
Cuando el conflicto bélico adquiere una gran dimensión, los efectos sobre la población adquieren mayor relevancia. Es lo que podemos observar en la pirámide de Alemania de 1946, justo tras el fin de la Segunda Guerra Mundial. Las cicatrices de la guerra sobre el perfil de la pirámide se evidencian no solo en la reducción de la natalidad durante el conflicto (véase el entrante que muestra la reducción de población en la franja de edad de 0 a 4 años), sino también en la muerte masiva de millones de soldados alemanes durante el largo y cruento conflicto, visible en la profunda muesca existente en las franjas de edades entre los 20 y 34 años. El matiz está no solo en la mayor profundidad del segundo entrante, sino en que éste afecta claramente y en mucha mayor medida a la población masculina, la única que por entonces era llamada a filas y participaba en los combates. Por el contrario, el primer entrante (entre 0 y 4 años) nos muestra una situación más equilibrada, aunque con más peso del sector masculino, debido a la mayor tasa de masculinidad en el nacimiento. En la pirámide de Alemania de 2014 esa generación en edad militar tendría ya más de 95 años, por lo que no es perceptible el entrante, ya que la mayoría de los combatientes han muerto. Sin embargo, si es perfectamente visible el entrante correspondiente a la reducción de los nacimientos durante el periodo de conflicto, eso explicaría la muesca existente en la franja de edad de 65-69 años. Después podemos observar la recuperación de la natalidad en la posguerra, se trata del baby boom de los años 50 y 60, que deja huella especialmente en las franjas de edad entre 45 y 54 años.
Fuente: wikis.engrade.com |
Fuente: Indexmundi |
La pirámide de población de Japón de 1947 refleja una situación muy similar a la de Alemania, como también lo era el protagonismo y participación del país en la Segunda Guerra Mundial. La pirámide destaca las diferencias (en color marrón) entre hombres (en azul) y mujeres (en rojo). El entrante entre los 20 y los 40 años, es mucho mayor en la población masculina (soldados en edad militar) que en la femenina. Sin embargo, el entrante inferior, que refleja el marcado descenso de la natalidad en los últimos años del conflicto nos muestra un equilibrio por sexos.
Pirámide de población de Japón de 1947. Fuente: Wikipedia. |
Menos visible es el impacto de la guerra en la pirámide de población de Francia de 2014, lo que refleja el menor protagonismo militar del ejército francés durante el conflicto: el país fue ocupado, pero su ejército apenas ofreció resistencia al invasor y la lucha contra la ocupación siempre tuvo un carácter limitado. A pesar de todo, hay un salto muy marcado entre la franja de edad de 70-74 y la inferior, de 65-69 años, motivado por el déficit de nacimientos producido durante la guerra. Como en el caso de Alemania la natalidad se recupera en la posguerra para vivir un baby boom durante los años 50 y 60 (grupos de edad de 45-64 años). El hecho de que la franja de 40-44 años sea la más grande esta posiblemente relacionado con la existencia de una fuerte inmigración.
Fuente: Indexmundi |
En ocasiones existen traumatismos políticos que pueden tener efectos más desastrosos sobre la población que una guerra convencional, algo que ya hemos podido ver en el caso de China con los años del Gran Salto adelante. Eso es lo que podemos observar al analizar la pirámide de población de Camboya (2014). Entre 1975 y 1979 se produjo el acceso al poder del movimiento de los Jemeres Rojos, protagonistas de un genocidio brutal que destrozó el país a nivel social y económico. El genocidio afectó a la población adulta en general, y en mayor medida a los varones, lo que todavía hoy es perceptible en el escalón que se produce con la franja de edad de 55-59 años. De todos modos las grandes heridas que causó en la población semejante masacre ya no son tan visibles en la actualidad. Si lo es y de manera muy marcada, el hundimiento de la natalidad provocado por tan traumática situación, reflejado en el profundo entrante que observamos en la franja de edad de 35 a 39 años. La llegada a la madurez y a la edad de procreación de la mermada población nacida durante aquella época producirá de nuevo una reducción de los nacimientos. visible en un nuevo entrante que afecta a los grupos de edad de entre 10 y 19 años.
Fuente: Indexmundi |
Un ejemplo totalmente opuesto de la influencia que pueden llegar a tener acontecimientos politicos excepcionales sobre la evolución de la población, lo encontramos con el análisis de la pirámide de población de Cuba (2014). Tras el estallido de la revolución cubana en 1959, el país conoció una época de optimismo y euforia evidente que marcarán las décadas de 1960 y 1970. La revolución mantenía su prestigio internacional, y bajo el amparo de la Unión Soviética, procuró importantes avances sociales a sus habitantes. Todo ello se vio reflejado en un fuerte crecimiento de los nacimientos, que podemos ver en el marcado saliente que ocupa las franjas de los 40 a los 54 años de edad. Los años 80 marcan una crisis en el mundo comunista y un deterioro de la situación económica que se verá agudizado con el tiempo hasta la actualidad, lo que también influye en la natalidad. El saliente existente en las franjas entre 15 y 29 años solo encuentra explicación por el acceso a la madurez y la procreación de la gran cantidad de nacidos durante el baby boom postrevolucionario.
La pirámide de Rusia (2014) sería otra de las que, como la de China, ejemplifica a la perfección la influencia que los vaivenes históricos tienen sobre la evolución de la población. Los efectos de la Segunda Guerra Mundial sobre los combatientes ya son difícilmente visibles, pues la inmensa mayoría ya está muerto y han desaparecido de la pirámide. Sin embargo, es perceptible el fuerte escalón existente en la franja de edad de 65-69 años, que nos muestra todavía el déficit de nacimientos producidos durante el conflicto mundial. Vendría después una época de expansión natalista, durante la posguerra de los años 50 y 60, favorecida por las políticas pronatalistas del régimen soviético. El acceso de los nacidos en esos años de baby boom a la procreación conllevará un nuevo saliente que afecta a las franjas de edad entre 25 y 34 años. Con la caída de la Unión Soviética y los regímenes comunistas a partir de 1990, la natalidad se hunde, lo que es perceptible especialmente en las franjas de edad entre 10 y 19 años, coincidentes con los nacidos en los momentos más duros de la crisis, en la segunda mitad de la década de 1990 y los primeros años del siglo XXI. La transición de una economía comunista a un sistema capitalista basado en la propiedad privada, resultó dramático y la economía de la nueva Rusia se hundió, lo que provocó un aumento del paro y un deterioro de las condiciones higiénico-sanitarias de la población, que vio hundirse su esperanza de vida por debajo de los 65 años. A partir del 2005, la economía del país empezó a recuperarse, apoyándose en su enorme capacidad como proveedor de materias primas y fuentes energéticas para el mercado mundial, eso permitió un aumento ostensible de la renta per cápita y una mejora de las condiciones de vida. Tal situación se ve reflejada en el aumento de la natalidad, visible en el saliente que encontramos en las franjas de edades entre 0 y 9 años. Especialmente llamativo es el enorme desequilibrio existente en la población anciana entre hombres y mujeres. La explicación no está en la enorme mortandad de los soldados del Ejército Rojo durante la Segunda Guerra Mundial, pues como hemos comentado, la inmensa mayoría de los combatientes ya ha muerto, al tener más de 90 años, sino más bien en el hundimiento de la esperanza de vida desde la caída del comunismo, y que todavía mantiene a Rusia como el país europeo con la esperanza de vida más baja, 70 años. En 2014 dicha esperanza de vida es singularmente baja en el caso de los hombres (64 años) frente a las mujeres (76 años). En todos los países la esperanza de vida de los hombres es inferior a la de las mujeres, pero la diferencia nunca es tan alta, así en el caso de España las mujeres viven 84 años, mientras los hombres se quedan en 78 años. La diferencia entre sexos se reduce a la mitad. La explicación de tal situación la encontramos en el consumo abusivo de alcohol por los rusos, que se ha disparado en las últimas décadas y que afecta sobre todo a la población masculina.
La influencia de las migraciones también puede determinar la forma de una pirámide, provocando salientes importantes. En algunos casos, estos pueden llegar a convertirse en distorsiones especialmente grandes que terminan por deformar la pirámide. Un ejemplo lo encontramos en las monarquías del Golfo, que han recibido en los últimos tiempos gran cantidad de emigrantes. Como consecuencia de la expansión de sus economías gracias a los ingentes recursos del petróleo, la demanda de mano de obra se ha disparado y la llegada masiva de inmigrantes ha terminado por convertir a la población local en minoría. Se trata de migraciones internacionales que afectan sobre todo a adultos, en su mayoría varones, lo que queda claramente reflejado en la pirámide de población de países como Qatar o Emiratos Árabes Unidos (2014), en la que están especialmente sobredimensionadas las franjas masculinas de edad entre 20 y 49 años. Semejante distorsión no solo se explica por la llegada masiva de inmigrantes, sino por la exigua población existente previamente, por lo que los efectos de la llegada de extranjeros se vuelven especialmente llamativos.
Fuente: Indexmundi |
Fuente: Indexmundi |
La pirámide de España de 1970 es un ejemplo inmejorable para observar como las variaciones en el perfil del gráfico nos pueden dar muchas de las claves de la evolución demográfica del país. Partimos de la cúspide y observamos la mayor proporción de mujeres, lo que es habitual por la mayor esperanza de vida femenina. El hecho de que este desequilibrio se prolongue y afecte tan intensamente a los adultos más mayores, entre 50 y 64 años, encuentra su explicación en la mortandad causada por la Guerra Civil sobre los soldados combatientes, entonces con edad superior a los 18 años. Como es lógico, la Guerra Civil afectó negativamente también a la natalidad, reducción de los nacimientos que se prolongaría en el tiempo a lo largo de los primeros años de la década de 1940, los llamados "años del hambre", marcados por el aislamiento internacional, la ruina económica y la escasez de productos básicos. Como prueba de ello, el acusado entrante visible en las franjas de edad de 25 a 34 años. La apertura paulatina del país a lo largo de la década de 1950 implicaría una creciente recuperación de la natalidad, desembocando en el baby boom de los años 60 y 70, en plena época del "Desarrollismo" económico. El crecimiento de la fecundidad fue tan intenso que no se vio frenado ni siquiera por la importante pérdida de población que supusieron las grandes emigraciones hacia Europa, y que afectó especialmente a jóvenes en edad de procrear. Este proceso quedaría reflejado en una base de la pirámide mucho más ancha, correspondiente con las franjas de edad de 0 a 14 años. En esa franja estaría incluido el autor de esta entrada.
Fuente: Flickr |
Animaciones sobre pirámides de población
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Esta animación nos permite observar la evolución de la pirámide de población de los distintos países del mundo pero en ámbito temporal más amplio, que va de 1950 a 2100.
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Esta animación nos permite valorar la evolución de la pirámide de población española entre 1970 y 2050.
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Esta animación nos informa sobre lo que es una pirámide, como realizarla y como interpretarla, y lo hace de manera amena y sencilla.
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En el siguiente pdf se detalla la estructura de un comentario de pirámide de población y se adjunta el comentario de la pirámide de población de España en 2007. Muy interesante para los alumnos de Geografía de 2º de bachillerato: http://webs.ono.com/2geografia/practicas/piramide.pdf
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